jueves, 28 de noviembre de 2013

De canciones y de estrellas


La semana pasada se celebraban en la Casa Junco de la capital, veinte años de Educación Social en Palencia. Un encuentro organizado por la Escuela Universitaria de Educación (EUE) y que reunió al alumnado del actual Grado Universitario, antiguos alumnos y una parte profesorado.

En septiembre de 1993 comenzaba en el Colegio de Huérfanos Ferroviarios, edificio que albergaba por aquel entonces la Escuela Universitaria de Educación de Palencia, la diplomatura de Educación Social. A la par, se iniciaban también en la Universidad de Barcelona. Fuimos de las primeras ciudades del país en acoger estas enseñanzas universitarias.

En aquel momento la matrícula superó todas las expectativas, incluso hubo personas que no pudieron acceder a la diplomatura. Ciento diez fueron los que iniciaron unos estudios universitarios que prometían multitud de salidas profesionales. Unas enseñanzas que tenían sobre sus espaldas un gran bagaje en la práctica profesional y que pretendían unificar los ámbitos de la animación sociocultural, la educación no formal, la educación de personas adultas y la acción socioeducativa.

Tanto hablar de educación social y aún no les he contado de qué se trata. La educación social es un derecho de la ciudadanía. Sí, han oído bien, es un derecho. Hablar hoy de derechos cuando constantemente se están vulnerando resulta paradójico, ¿verdad?.

Además, es una profesión de carácter pedagógico que promueve la construcción y reconstrucción de espacios y contextos educativos. Que tratan de poner en marcha acciones de acompañamiento y de apropiación de la cultura.

Los profesionales de la educación social acogen, motivan, orientan y acompañan, generalmente, a personas o colectivos a los que la vida no se lo ha puesto fácil.

Pueden encontrar educadores/as sociales, solo pondremos algunos ejemplos, en centros donde viven niñas y niños que por diferentes motivos, sus padres no pueden educar y atender como se merecen. También, acompañando a personas discapacitadas para favorecer su inclusión activa en la sociedad. Hay educadores/as sociales trabajando con mujeres que han sido víctimas de la violencia machista. Además, en los centros de servicios sociales ayudan a familias que las están pasando canutas; ofreciendo apoyo profesional para buscar un empleo, enseñando a gestionar el poco dinero que entra en casa, acompañándolos en la educación de sus hijos,…

La estafa de la crisis ha arrastrado a miles de familias a situaciones de pobreza y exclusión social. Los profesionales de la educación social, bajo los principios de solidaridad y justicia social, trabajan para que muchas personas no pierdan su dignidad, tratando de promocionar su autonomía.

Esta profesión no entiende de caridad y de beneficencia porque son paternalistas y además, porque siempre han ejercido un control social de los grupos dominantes sobre los menos favorecidos.

Los/as educadores/as sociales ponen en marcha acciones transformadoras, de manera ordenada y práctica, que contribuyen al empoderamiento de la ciudadanía, bajo los fundamentos de los derechos humanos.

La educación social se concibe como la prestación educativa, al servicio del cumplimiento de los valores fundamentales de un Estado de Derecho: igualdad de todos los ciudadanos, máximas cuotas de justicia social y el pleno desarrollo de la conciencia democrática.

El pasado viernes nos embriagaron las palabras que relataron algunos/as educadores/as sociales, estas se transformaron en canciones que hablaban de derechos ciudadanos. Estrofas que ayudan a seguir construyendo una profesión apasionante. Acabada la jornada nos encontramos con la fría noche palentina y las estrellas nos gritaron en voz baja: ¡no se olviden!, ‘es tiempo de educación social’.

Emitido el día 28 de noviembre de 2013, en el programa
"Hoy por hoy", en @SERpalencia



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